A UNA PERRA
En esta vida y todas las demás
no importa cuantas sean
te seguiré eligiendo
celeste mariposa
una y mil veces
pincel de la primavera.
Mis flores serán tus flores
Seré tu rosal y tu magnolio
tu jazmín, tu madreselva
desparramando a puñados
el equívoco perfume de mis sueños.
La seda, el satín del polen
Que me une a tu mañana
con los cuales me ato
a la brisa de tu noche
te acariciaran las mejillas
y te producirán
las mas fragantes sonrisas
seras como siempre has sido
el aire de mi norte y de mi oriente
el sol compasivo de mi pobre otoño
la causa incomprensible de mi goce
aun en las horas mas oscuras
Tu amor y tu presencia
pondran en entredicho al sol
y a la noche estrellada
azahar oloroso de mi huerto
me tornarás ebrio de amores
loco absoluto de tu reinado